

CLIENTE
El proyecto fue desarrollado para un consorcio liderado por la Universidad de Concepción, a través de la Facultad de Ingeniería Agricola y su Departamento de Agroindustrias, en alianza con el Instituto Forestal y la Coordinadora Regional de Recolectoras y Recolectores de Productos Forestales No Madereros (PFNM) de Ñuble, Biobío y Maule. Este ecosistema articuló a instituciones académicas, científicas y organizaciones de base para abordar un desafío clave: agregar valor a productos del bosque nativo mediante procesos de innovación social y tecnológica. El cliente buscaba no solo resultados técnicos, sino un modelo colaborativo que potenciara capacidades locales y promoviera la profesionalización del trabajo de recolección.
También se articularon e integraron a diferentes etapas, las siguientes instituciones:
ACHIPIA: Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria
INTA: Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos
FIA: Fundación para la Innovación Agraria
MASISA
ARAUCO
REQUERIMIENTO
ESCUCHANDO Y DIAGNOSTICANDO
El objetivo central era facilitar metodologías de innovación que permitieran co-crear y acelerar el desarrollo de nuevos alimentos a partir de PFNM como la rosa mosqueta y los hongos de pino. Esto implicó asistir a equipos de ingenieros en alimentos, ingenieros agroindustriales y científicos en la ideación, prototipado y validación de nuevos productos funcionales: polvo y grageas de rosa mosqueta, pasta untable, condimentos y snacks de hongo de pino. Además, se requería fortalecer las competencias de las y los recolectores en procesos de agregación de valor, identidad de marca y desarrollo comercial.


La estrategia se basó en una matriz de innovación que integró metodologías como design thinking, co-creación territorial, mapas de empatía y talleres de innovación abierta. La comunicación se diseñó para ser horizontal y participativa, con énfasis en traducir conceptos técnicos en lenguaje accesible para las recolectoras y recolectores. Se crearon espacios de validación conjunta, testeo de prototipos y feedback permanente. La narrativa del proyecto visibilizó la unión entre ciencia, territorio y saberes locales, posicionando a los PFNM como motores de desarrollo sostenible y economía circular.
ESTRATEGIA
CONECTANDO SABERES LOCALES, CIENCIA Y ALIMENTOS PFNM

USUARIOS
UNIENDO
Y ARTICULANDO
El proyecto tuvo dos grupos clave de usuarios: por un lado, las comunidades recolectoras de PFNM, quienes aportaron su conocimiento ancestral y participaron activamente en la co-creación de productos; y por otro, los científicos, académicos e ingenieros que llevaron esos saberes al laboratorio y los transformaron en innovaciones alimentarias. La interacción fue bidireccional: los usuarios recolectores se empoderaron como co-diseñadores, mientras que los usuarios científicos adoptaron una mirada más situada y sensible a las realidades del bosque. Esta sinergia resultó fundamental para la innovación social efectiva.